Más de uno habrá oído
hablar del pensamiento divergente y se preguntará que tiene que ver con la
gestión de proyectos.
El pensamiento divergente
es una forma de organizar los procesos de pensamiento a través de estrategias
no ortodoxas. Consiste en la búsqueda de alternativas o posibilidades
diferentes para resolver un problema, normalmente alejándonos del planteamiento
tradicionalmente heurístico o basado en experiencias.
En contraposición al
pensamiento convergente o tradicional, el pensamiento divergente suele
proporcionar múltiples soluciones a un problema ya que enfoca el problema desde
múltiples perspectivas. A esta forma de pensar se la relaciona habitualmente
con los procesos involucrados en la creatividad. También se emplea el término pensamiento lateral o la expresión
anglosajona “Thinking outside the box”
para referirse a él.
Un ejemplo de pensamiento
divergente aplicado a la gestión de proyectos son los diagramas de Ishikawa o de espina de pescado que se emplean en la
gestión de la calidad de los proyectos para encontrar la causa raíz de un
problema.
Los diagramas de Ishikawa
son una forma de diagrama causal o de causa-efecto en el que se analiza un
problema desde diferentes ámbitos. Se dibuja un eje horizontal, a este eje
horizontal van llegando líneas oblicuas que representan las causas propuestas por
las personas que participan en el análisis del problema. A su vez cada una de
estas líneas que representa una posible causa recibe otras líneas paralelas al
eje que representan causas secundarias. Para hallar las causas se suelen
emplear técnicas grupales como el brainstorming
o tormenta de ideas. Cada grupo
formado por una causa primaria y sus causas secundarias forman un grupo de
causas con naturaleza común.
El siguiente ejemplo es un
diagrama de Ishikawa que muestra las posibles causas por las que se hacen
sistemáticamente alteraciones manuales en las bases de datos de una compañía.
Como se ve por el ejemplo
anterior la solución al problema no se analiza desde una única perspectiva sino
desde varias. Al tener un abanico de posibles causas tenemos un abanico de
posibles soluciones que tenemos que priorizar para resolver o mitigar el
problema.
En la gestión de
proyectos actual cada vez más se hace uso de este tipo de pensamiento para
encontrar solución a los problemas cuando la forma tradicional de pensar se
muestra insuficiente. Los grandes retos
requieren de soluciones originales e innovadoras y aunque resulte paradójico, para
conseguir este fin, a veces resulta un obstáculo la experiencia ya
que esta nos condiciona de tal forma que buscamos la solución a los problemas
repitiendo los algoritmos que funcionaron
en casos pasados en lugar de
buscar caminos alternativos o nuevas estrategias .
La solución al siguiente
problema de lógica ejemplifica perfectamente esta idea.
6835 → 3
8341 → 2
9810 →4
9810 →4
4362 → ¿?
La mayoría de las
personas que se enfrentan a este problema lo hacen desde una perspectiva
matemática ya que al ver los números intentan emplear alguna técnica matemática
para resolverlo.
Sin embargo, la solución al problema no es
matemática sino más bien geométrica.
Dedicad unos minutos a tratar de resolver el problema.
Solución: 4362 → 1
Explicación: el número a
la derecha de la fecha indica el número de círculos que hay en el número de la
izquierda. Por ejemplo, el 9 tiene un círculo, el 8 tiene 2 y el 0 tiene 1 por
lo que en total el 9810 tiene 4 círculos. De la misma forma el 6835 tiene 3
círculos, el 8341 tiene 2 y el 4362 tiene 1.
Este artículo ha sido publicado en:
Madrid PMI Chapter
http://www.pmi-mad.org/index.php?option=com_content&view=article&id=438:el-pensamiento-divergente-en-la-gestion-de-proyectos-&catid=137:articulos&Itemid=88
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